Nuestros orígenes
El “tamalli”
Hace más de 500 años, en la época precolombina mexicana, la tierra del maíz vio nacer uno de los platillos más emblemáticos en México: el tamal. Originalmente, fue nombrado “tamalli” (envuelto en náhuatl), y los mexicas lo preparaban principalmente para celebrar las grandes festividades. En las fiestas religiosas, los grandes eventos sociales u ofrendas para muertos, los tamales nunca podían faltar.
Preparación
Los tamales se elaboraban con masa hecha a partir de harina de maíz, rellena de diferentes carnes y chiles. Estos se envolvían en la misma hoja de la mazorca o en hojas de plátano y se cocían en una olla de barro sin agua. ¡Se dice que los tamales solían ir rellenos de carne de flamingos, ranas, ajolotes y pescado! Esta preparación, al igual que en la actualidad, se acompañaba con café de olla o atole.
Evolución
A lo largo del tiempo, la receta de los tamales ha ido evolucionando y se cree que alrededor de todo el continente existen más de 4000 preparaciones diferentes de los mismos. Cada estado de la república tiene un tamal emblemático y distintas maneras de prepararlo. Algunos ejemplos son los tamales puercos de Sinaloa, los tamales de masa colada de Tabasco, los zacahuiles de la huasteca potosina y por supuesto, la famosísima “guajolota” de la capital mexicana.
Altana
En 2012 en la Ciudad de México nace Altana Tamalería, con la misión de preservar esta tradición y enaltecerla. Utilizamos los mejores ingredientes y conservamos la elaboración artesanal de este platillo tan complejo, preparándolo en su totalidad con las manos de mujeres mexicanas. A través de la ingeniería en alimentos, conservamos esta receta prehispánica e incorporamos nuevas técnicas para crear un tamal que fusiona lo mejor de la receta tradicional junto con las bondades de las nuevas tecnologías.
Pasión
Creemos que hay un tamal para cada persona, y nos apasiona poder ser parte del desarrollo de este platillo tan representativo de México. Queremos mostrarle al mundo que lo tradicional no está peleado con la modernidad y sobre todo, queremos heredar la tradición del maíz a las futuras generaciones.